Uno de los peores efectos que trajo consigo la crisis económica en España para nuestros bolsillos es el cierre del grifo del crédito, que hizo que miles de personas optaran por una vivienda de alquiler y no hipotecarse. La crisis inmobiliaria desató un auge nunca visto en el mercado del alquilar en nuestro país. Según la Oficina de Estadística de la UE, Eurostat, los españoles continuamos liderando la compra de casas pese a la restricción de dinero en préstamo hipotecario por parte de las entidades financieras.
En nuestro país apenas un 22 % de las personas vivían en régimen de alquiler (frente al 35 % de media en Europa), según datos del Instituto Nacional de Estadística, lo que supone un alto crecimiento en los últimos años debido a que los bancos han cerrado el grifo del crédito, la inestabilidad del mercado laboral y a una mayor movilidad geográfica. Los expertos señalan que en España existe una mayor cultura de 'propiedad arraigada' pese al alza de la opción del alquiler y estar lejos de las cifras del resto de países de Europa.
En algunos casos, este incremento de la demanda por la vivienda del alquiler ha supuesto un alza de precios, que en algunas zonas concretas ha superado el 10 % anual.
Madrid es la región más cara para alquilar una vivienda, según datos de diferentes portales inmobiliarios: 1.050 € de media. En segundo lugar, estaría el País Vasco con un desembolso para los inquilinos de 971 € mensuales, mientras que Cataluña sería la tercera con 950 € de media.
El alza en el precio, señalan los expertos, se debe a la escasez de obra nueva o de pisos de calidad, lo encarece las viviendas que han sido reformas recientemente.
Estos gastos, que cada día son mayores, obliga a muchos de los inquilinos a incurrir a financiación externa. Un Anticipo Contante que se puede solicitar o bien para pagar la fianza o para comprar los nuevos muebles de la casa. En algunos casos se pide un micropréstamo para dar de alta algunos suministros como la luz, agua o gas. En otros casos para hacer frente a una factura con un elevado coste, una vez que ya se ha entrado a vivir en la casa.
Una vez llegados a este punto, el inquilino se debe preguntar si pedir un minipréstamo o préstamo es una buena opción. La respuesta es afirmativa, pero con algunos matices: el inquilino debe llevar de una manera responsable las finanzas del hogar. Debe entender que el dinero del préstamo debe administrarse bien, que es para el corto plazo y que luego se afrontan gastos de devolución.
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