Si estás pensando en pedir un préstamo, minipréstamo o micropréstamo, uno de los factores que debes tener en cuenta es la financiación del dinero prestado a modo de anticipo. Las comisiones son un elemento fundamental para que el pago del préstamo no resulte un problema.
Cuando buscamos financiación para cualquier proyecto, sabemos que debemos pasar por el peaje de pedir un préstamo y pagar las consecuentes comisiones, un importe que encarece de manera importante el capital a devolver.
Algunas personas se plantean recurrir a un crédito para pagarlas cómodamente, pero la verdad es que esto puede encarecer el montante final del préstamo de manera importante. Conocer los pros y contras de financiar las comisiones te hará ver si realmente es una operación que te sale a cuenta.
Si pedimos un préstamo personal, lo más habitual es que nos encontremos con la necesidad de pagar comisiones de formalización del mismo, que en algunos casos llegan incluso a ser dos: la de estudio y la de apertura. Esto puede encarecer la primera cuota a pagar de devolución del préstamo en varios cientos de euros.
No todo el mundo puede permitirse este importante desembolso de dinero de buenas a primeras, por lo que muchas entidades dan la oportunidad de financiar estas comisiones. Es decir, repartir el dinero a pagar entre todas las mensualidades. Sin duda, esto es muy cómodo, pero antes de aceptar esta posibilidad debemos tener en cuenta su repercusión en la financiación general del préstamo.
Evitar el esfuerzo económico que implica el pago de las comisiones de formalización en la primera cuota del pago del préstamo es realmente tentador, ya que evita desequilibrar la economía doméstica. Esto es, sin duda, un punto positivo a tener en cuenta para decidirnos por este tipo de pago.
Esta comodidad, sin embargo, no debe hacernos olvidar que con esta modalidad de pago también se generará un plus sobre las comisiones que hemos incluido en la financiación. ¿Implica esto pagar una cantidad muy superior de dinero? A priori, la diferencia entre pagar la financiación o no de las comisiones de estudio y apertura no tiene que resultar una cifra muy grande, pero sí que es verdad que debemos tener en cuenta el resto de las variables del préstamo, como la cantidad solicitada, el plazo de devolución, así como las comisiones que se incluyan en la financiación. Por lo tanto, antes de decantarnos por esta opción es recomendable que calculemos el coste final de financiar las comisiones para saber si realmente nos sale a cuenta.
En definitiva, las comisiones a pagar por la solicitud de un préstamo son un escollo financiero que podemos intentar solucionar de diversas maneras.