Las emociones son la brújula de los grandes líderes

A menudo pensamos que es el concienzudo estudio de los datos el que determina el rumbo de una empresa. Y que las decisiones de los directivos están marcadas por su lado más racional. Sin embargo nos equivocamos. Son las emociones las que marcan sus decisiones. Este descubrimiento lo acaba de realizar el investigador Richard Boyatzis, según ha publicado el diario Expansión. Este estadounidense ha analizado diversas facetas de grandes líderes y estrategas, hasta dar con algunos hallazgos que desmontan tópicos. Y de los que quizá podemos aprender algo. Comencemos con el primer descubrimiento. Se puede resumir en la siguiente cita: “Cuanto más estrés, menos abiertos estamos a otras formas de abordar los problemas". Es decir, tener una fecha límite, por ejemplo para entregar un trabajo, no nos ayuda. Al contrario, favorece nuestro estrés y colapsa la originalidad. Los plazos no se pueden eliminar, ya que a menudo son inevitables, pero sí hay técnicas para controlar los nervios que nos generan. Los expertos abogan, en este sentido, por impulsar la meditación o el yoga. En segundo lugar, Boyatzis expone que trabajar bajo incertidumbre conlleva adoptar decisiones equivocadas. En un periodo en el que muchos trabajadores dudan de la continuidad de sus puestos de empleo, aconseja aceptar esa incertidumbre, no evitarla. Por otra parte, invita a desempolvar el lado más emocional de las personas. Lo hace tras verificar que los grandes pensadores analizan datos y hechos guiados por sus emociones. En definitiva, en las decisiones estratégicas de los directivos, ésas en las que hay mucho dinero en juego, no hay tanto razonamiento lógico como se podía esperar. Por último, este investigador destaca la fuerza de un espíritu positivo. Al parecer, los mejores líderes motivan a sus subordinados con estímulos, elogios y recompensas, creando un lazo emocional fuerte, que inspira a los demás para seguir una misma estrategia. Una idea que cobra fuerza en estos tiempos en los que toca adaptarse a los cambios e innovar. Y es que ya lo decía en nuestro post Se busca trabajador feliz el director de IMF Business School, Carlos Rodríguez, “La felicidad es una actitud indispensable en el trabajo. Cuando fluye, aumenta la producción y se obtienen mejores resultados y, por consiguiente, beneficios”. En los tiempos que corren, los dos primeros puntos parecen inalcanzables. Las prisas, los plazos y el estrés forman parte de nuestra rutina. Y la incertidumbre, está llegando a formar parte de nuestro ADN. Sin embargo, podemos trabajar nuestro lado emocional y sobretodo, mantener nuestro espíritu más positivo. Con ello, quizá no lleguemos a liderar una empresa, pero probablemente seremos líderes de nuestra vida.