Pasar por un divorcio o una separación no es solamente una situación desagradable a nivel emocional. Si acabas de dar por terminado tu matrimonio, es probable que tus finanzas estén pasando por un período negativo, en el que quizá estés pensando en la necesidad de pedir un anticipo de dinero, ya sea en forma de minipréstamo, micropréstamo o préstamo.
Cuando tu pareja se rompe, no solamente tienes que solucionar sus lazos emocionales y familiares. La gestión de tu situación económica es igual de importante.
De todos modos, seguir unas pautas básicas y consejos prácticos te ayudará a repartir el dinero, los gastos y préstamos existentes de la mejor manera posible. De hecho, en muchos casos es habitual que uno de los dos miembros de la pareja aproveche la ocasión para intentar eludir responsabilidades económicas y evitar algunos pagos.
Tengas un divorcio amistoso o no, si tienes una hipoteca en vigor seguramente estarás ante un problema importante a la hora de decidir quién asume este pago. La opción más fácil para deshacerse de la deuda es vender la casa y usar el dinero para cancelar la hipoteca.
¿Y si uno de nosotros decide quedarse en la casa? Entonces, el problema se agrava porque será necesario que pasemos a ser el nuevo titular de la vivienda. Esto implica una extinción de condominio, pero todavía tendremos que solucionar el problema de la titularidad de la hipoteca.
Si no consigues llegar a un acuerdo con tu ex pareja para solucionar el tema de las cuotas pendientes de la hipoteca, tendrás que llevar a cabo modificaciones para quedarte como único titular, siempre mediante una novación.
Esto puede implicar problemas severos con la entidad bancaria responsable de la concesión de la hipoteca, ya que un titular de menos puede representar problemas para garantizar el pago: una nómina nunca es tan segura como dos a la hora de asegurar hacer frente a las cuotas.
¿Cómo puedes solucionar este problema? Si decides quedarte como único titular de la hipoteca y no quieres que el banco te ponga impedimentos para ello, tendrás que demostrar que dispones de un perfil económico lo suficientemente sólido como para demostrar que puedes hacer frente a los gastos sin complicaciones.
Presentar un avalista que garantice el pago en caso de no poder cumplir con las cuotas, o incluso incluir un nuevo cotitular en la escritura puede hacer que el banco te mire con mejores ojos y esté más seguro de la solvencia de tus finanzas.